Vuelta a la realidad

Miércoles, 7 de diciembre de 2005 (01:50)

Llevaba una racha de agobios, de no disponer de tiempo para nada, descentrada y poco productiva, así que en cuanto surgió la oportunidad de llevar a cabo una escapada, no me lo pensé dos veces y acepté. Máxime si la compartía con una amiga a quien quiero mucho.

El tiempo que pasamos juntas fue genial, risas, buen ánimo, diversión, tranquilidad, cariño, en definitiva, lo que se dice estar a gusto. Y en la intimidad, aún mejor. Aún me estremezco recordando sus caricias, los besos compartidos, la suavidad de su piel, el aroma de su cuerpo o el sabor de sus labios. Sonrío al imaginarnos paseando siempre cogidas de la mano o de la cintura, intercambiando dulces y juguetonas miradas o en apasionadas escenas plenas de sensaciones en la cama o en la ducha.

Pero supongo que lo más gratificante de todo es que entre sus brazos me sienta tan mujer, pudiendo olvidar los eternos fantasmas de la realidad por un tiempo. Han sido varios días, pero al final se me ha hecho cortísimo.

Sin embargo no todo es tan perfecto. La escapada terminó y cada una tuvimos que marchar lejos, muy lejos, de la otra, sin ni siquiera saber cuándo podremos volver a vernos. Fue despedirme de ella en el tren y la congoja hizo presa en mi estómago. Corrí por la estación porque no era capaz de simplemente caminar, hasta llegar al coche. Cogí la carretera de vuelta a casa con la música a todo volumen para no pensar. Y llegar al hogar, con la family, teniendo de nuevo que aparentar ser quien no soy, no ha mejorado mucho las cosas. Mi amiga me llamó horas más tarde para decirme que había llegado bien, pero yo casi no pude hablar con ella, me faltaban las palabras y la tristeza se acentuó.

Sabía que esto pasaría, pero no por saberlo resulta más fácil de llevar. Sólo confío que los efectos pasen, que se deba a que hoy acuso más su ausencia después de varios días siempre juntas y también por el cansancio que tengo por la falta de sueño.

Espero que así sea, porque si no, los próximos días voy a pasarlo muy mal.